A blog about data, information and Tech by Mario Alberich

        

SEO, software social e imagen personal

En los pocos segundos que tarda en cargarse el artículo en la pantalla se da cuenta de cómo ha cambiado todo este mundillo. Se acuerda de cómo algunos de los posts de su blog, con una cantidad respetable de enlaces entrantes y visitas contribuyeron a que su empresa le aumentara el sueldo. Pero lo que también contribuyó a ello fue que comprobaran la veracidad de algunos de sus contactos estrella en su red social...

Su red. Solicita al sistema que averigüe cuáles de sus contactos podrían ser más cercanos a la web que ha enlazado la noticia: esta noticia no pinta muy bien: tiene un lenguaje atractivo, es dinámica, parece infundada pero lo disimula de maravilla... Habrá que pensar en algo.

El agente inteligente busca páginas similares, enlaces entrantes a la noticia y estadísticas públicas del sitio. ¿Es necesario preocuparse? En el histórico aparecen tres noticias con palabras clave parecidas durante los pasados seis meses. Puede que la imagen de los clientes de nuestro protagonista empiecen a debilitarse. Configura un sistema de alerta para realizar el seguimiento de los enlaces entrantes a la noticia. Si la curva S de inbounds se acelera antes de 48 horas, habrá que hacer algo...


No está tan lejos

Todo, o prácticamente todo lo comentado en la situación hipotética anterior, es perfectamente factible con las herramientas actuales. Será gratuito o tendrá un precio, pero es factible. Utilizar unas cuantas APIs, programar unos algoritmos de cálculo matemático y romperse los cuernos para diseñar una interficie ergonómica. Es cuestión de tiempo.

Quizá dos años. No más de cuatro o cinco. Acercar este tipo de soluciones puede resultar innecesario en nuestra vida privada. Sin embargo, en la vida profesional cada vez parece más claro que la presencia en Internet es la mejor tarjeta de visita. La promoción interna o la superación de procesos de selección pueden depender de un blog más o menos influyente; más o menos afín al puesto de trabajo.

En todo este escenario, los conceptos clave son el SEO y el SEM. En este nuevo mundo en el que el conocimiento es poder, el SEO y el SEM son equiparables al índice Dow Jones y el PIB, respectivamente.


Del entorno corporativo a las redes sociales

Cada vez más, las empresas se están acercando al mundo de las estadísticas web, y también están aprendiendo a utilizarlas. No es que sea ahora mismo. Lo que pasa ahora es que está al alcance de muchos, y cada vez más es posible encontrar herramientas más adaptables a las necesidades de cada sitio.

El cambio sustancial ha aparecido con el posicionamiento en buscadores, y esencialmente por el modelo de ingresos por publicidad, y la posibilidad de captar clientes del otro lado del mundo con medios mucho mejores que hace siete u ocho años.

A los internautas de a pie, exceptuando los bloggers más o menos activos, aún les falta tiempo para comprender que crear la propia imagen, a partir de cierto nivel profesional, ya no pasa tanto por un nudo de corbata bien hecho, sino por un micrositio personal, ya sea blog o algo más. Un sitio que sea coherente en sus contenidos, bien desarrollado en cuanto argumentos (a mí aún me falta...), y más o menos relacionado con el resto de la comunidad (aún me falta más). Esa es una buena imagen de marca de uno mismo. Ese sitio es tu primera conversación con cualquier desconocido que te busque en Google. Así que nada de palabrotas ;-).

Con la llegada de la web social, el abaratamiento de costes de acceso y la disponibilidad de herramientas de interacción, el prosumidor ya tiene los medios suficientes como para crearse una imagen. Así que puedes cambiar esos ratos muertos de navegación insubstancial por cuatro nociones básicas sobre edición electrónica. Desde luego, los medios son más que suficientes: tanto el coste de conexión como de alojamiento en servidores puede ser muy inferior al coste de imprimir tarjetas, comprar un teléfono móvil o abrir cualquier otro canal de contacto. Sin embargo, a falta de esta visión, falta integración. Es por eso que parece que las herramientas... quizá aún no estén lo suficientemente maduras.

A pesar de ello, los usuarios se han ido acostumbrando a socializarse en la red, ya sea en Facebook, MySpace, LinkedIn/Neurona u otras herramientas por el estilo. Este software ha venido para quedarse. Es el ágora de la polis digital.

Si las redes sociales importan no es sólo por la publicidad, aunque sea el negocio más rentable. Su principal valor son el número de usuarios activos. No clican en la publicidad pero... ¿es eso realmente tan importante? Ahora lo es porque la viabilidad económica de estos sitios depende de eso. Pero por ejemplo, la publicidad en Facebook no funciona muy bien...

Sin embargo, creo que el destino está empezando a cambiar el rumbo de estas soluciones. Yo creo que Las redes sociales importan porque, sea cual sea el cambio que venga a continuación, la repercusión que tenga en estas redes será el indicador principal del éxito o el fracaso.

Cada uno de los nodos de la red que representa un indiviuo podrán absorber o rechazar una nueva propuesta. La identidad del individuo en esa red, el número de contactos, etc., son una faceta más de su vida real. Sentirse valorado en ese entorno significa también dar la propia opinión y posicionarse. Del mismo modo que un responsable de RR.HH. puede rechazar tu blog-currículum, tú puedes rechazar una marca o un proyecto. Quizá tu posicionamiento te prohibe aceptarlo.


De la marca al individuo

Web 2.0 parece haber implicado algunas cosas más que Wikipedias y el software social. A mi modo de ver ha creado la necesidad de disponer de una identidad en la red. No se trata del clásico pseudónimo en el chat de la esquina, sino de algo más. Cada vez tienen más medios para hacerlo interactuando de una forma más natural, olvidando la tecnología que hay debajo: ya no hay tantos baches en la carretera. Y por eso los usuarios buscan relacionarse con otros y compartir un significado al que asociarse.

Ojo, significado no implica "etiquetas", aunque el uso de etiquetas acabe etiquetando. Entiendo por significado un concepto o término que se asocia a un esquema de valores, a una disciplina, un estilo de vida. Es una combinación de elementos que define una visión personal.

Si bien el significado y los valores se asociaban a las marcas y sus logotipos, esa característica ha dejado de ser patrimonio exclusivo del branding corporativo. En el momento que el consumidor tiene acceso a las mismas herramientas que las organizaciones, el branding personal a mayor escala es algo muy factible.

Al fin y al cabo, las estrategias de comunicación y de imagen de las marcas son conjuntos de memes que tratan de conseguir la máxima difusión para atraer a un público fiel dentro de sus esquemas de valores. Sin el poder de convocatoria de estas corporaciones, pero con costes mucho más bajos y un poco de creatividad, crearnos una imagen es fácil. Si luego llega la fama, eso es harina de otro costal.


Mi gestor de imagen personal

Has apagado el móvil? Qué lástima! No podrás recibir mensajes de aviso. Sin embargo, tampoco es necesario que te angusties. Precisamente para eso es necesario un sistema de gestión: para que no tengas que estar pendiente todo el día.

Desde luego, si Vannevar Bush levantara la cabeza... Estamos convirtiendo su Memex en un asesor de imagen...

Si lo que aquí planteo tiene posibilidades, las redes sociales se encuentran ante unas posibilidades inmensas: imagina que en la zona privada de tu red social encuentras utilidades que te permiten seguir, en todas partes donde te has dado de alta, los comentarios en blogs, las conversaciones en foros y chats, las respuestas en los servicios de question answering... Y desde luego en tu propia página. ése conjunto de información eres tú. Esas afirmaciones forman parte de tu ADN cultural.

Si el ser humano ha sustituido la variedad biológica por la cultural, los memes pueden ser el ADN que heredarán nuestros "hijos culturales". Sólo que ahora hijos y padres pueden tener edades dispares. Es cuestión de intercambiar ideas y no manzanas.


Yo SEO, Tú Seas, él Sea

En realidad no es tanto así, pero si somos lo que comunicamos, Internet bien tendrá algo que decir.

Es por eso que es previsible que dentro de no mucho tiempo empiecen a aflorar servicios de posicionamiento personal. Aunque un individuo no facture tanto, puede considerar que es una buena inversión aceptar los servicios de alguien que le ayude a encontrar un lugar en la red, diseñe su currículum de acuerdo con sus aspiraciones, y que proponga modificaciones en los posts del blog para adecuarse a las palabras clave más interesantes.

Paso a paso, las redes sociales pueden convertirse en plataformas para conseguir esa utilidad. Pueden tener la competencia de los portales y buscadores verticales, aunque los primeros tienen algo que los otros no tienen: fidelidad del usuario en forma de tiempo de uso.

Es por eso que las redes sociales están percibiendo ese poder, y podemos ver movimientos como los de Facebook, que han abierto una API para que empresas externas puedan desarrollar sus aplicaciones. El movimiento es interesante porque permite fidelizar a los usuarios y abrir posibles modelos de negocio basados en la intermediación, ya sea por ofrecer estos servicios, o bien por incluir publicidad en ellos.

Si estas plataformas sociales consiguen incluir herramientas eficientes para la gestión de la imagen personal en Internet, es probable que consigan un modelo interesante de ingresos. Desde luego, ahora es hablar por hablar, pura especulación. Pero no lo veo tan lejos. Probablemente las comunidades más profesionales sean las que puedan abordar esas posibilidades de convertir el significado en valor económico, más allá de la publicidad.


Microformatos: giro copernicano y el poder de la información

Te imaginas que para dar tu tarjeta de presentación tuvieras que estar en tu oficina? ¿O que sólo tuvieras los teléfonos de tus contactos en la agenda de tu despacho? Claro, es que te da palo copiarlas uno por uno a tu móvil.

Fruto de ese miedo a las tareas tediosas, tu agenda te acompaña desde hace nada más y nada menos que siete años. Arrugada, manchada por el café, tachada... Pero es tu agenda, y... qué se le va a hacer!

Eso es lo que sucede con el software social y la inmensa mayoría de servicios cuyo modelo de negocio pasa por conseguir aumentar continuamente el número de usuarios registrados. En esos sitios, si quieres cambiar, vas a tener que hacer un copiar-pegar de todo lo que te dedicaste a introducir, porque en la mayor parte de casos no existen herramientas de exportación.

Sin embargo, existe una serie de formatos con utilidades muy concretas que van a cambiar eso: los microformatos. Como su nombre indica, son especificaciones muy concretas y delimitadas que tienen funciones del mismo carácter. Por ejemplo, podemos hablar del hCard, que es un formato desarrollado para poder intercambiar datos de contactos personales, a modo de tarjetas de visitas. Está hCalendar, para intercambiar eventos de calendario. En fin, y así hasta un largo etcétera.

A medida que pasa el tiempo, estos microformatos se han ido introduciendo en aplicaciones de uso personal y profesional, que a su vez generan datos y exportan en esos formatos. Por ejemplo, ciertos programas de correo permiten incorporar una entrada hCalendar para que los destinatarios del mensaje puedan importarla a su agenda sin necesidad de teclear. Parándose a pensar, todo un lujo.

Si toda esa información fuera importable y exportable de los sitios de software social, los usuarios serían libres de cambiar cuando quisieran, y las oscilaciones de usuarios sería mucho mayor. Sin embargo el cansancio del usuario es algo que acaba sucediendo. A veces, lo que pasa es que el entorno cercano cambia de tecnología y hay un efecto de arrastre.

Pero lo importante es que el usuario quiere que las cosas funcionen bien, y que los cambios (aunque mínimos) sean poco traumáticos.

Es por eso que no me parece muy lejano que la gestión de la información personal se realice dentro de poco del mismo modo que se pasó del webmail al correo POP3: trabajo en un entorno local y socialización en una plataforma. Datos en entorno privado y gestión personal de la información.

A mi se me antoja que la mejor tecnología para esto son (si se solucionan los problemas de tamaño) los teléfonos móviles. Los llevamos siempre encima y forman parte de nuestra comunicación y gestión de la información personal, agenda, e incluso del ocio (juegos, cámara de fotos). La integración Móvil-PDA ya es un hecho. La integración móvil-software social lo está siendo.

A diferencia de lo que ocurre en el entorno físico, el abaratamiento del espacio digital permite buscar algo más de intimidad, sin sentirse demasiado apabullado por la publicidad. Y quizá en un tiempo no muy lejano sea Google quien pague a usuarios para que les ceda la información de su actividad.

Claro que quizá eso sea insuficiente para superar a la Wikia Search, de Jimmy Wales.

Despierta, que ya he acabado. XD

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