Hacía días que tenía pendiente el hacer un comentario y al final he encontrado el momento. El pasado 24 de Diciembre, Alan Turing recibía el perdón de la Reina de Inglaterra. El proceso había empezado el pasado 19 de Julio, aunque no era ni mucho menos la primera vez que se realizaba esta solicitud.
Mirándolo por el lado positivo, la noticia nos permite ver que es posible que la realeza cambie su opinión sobre algunos temas. Cierto, aceptemos la parte buena de la noticia.
Más allá de los motivos que llevaran a la condena del matemático que descifró Enigma; del desenlace final que llevó a Alan Turing al suicidio; más allá de todo eso, están las razones para decidirlo. Entre ellas, está la incapacidad para contraponer su homosexualidad (en aquel momento punible) al beneficio que proporcionó. ¿Y en qué contribuyó?
Turing contribuyó muy significativamente a romper el cifrado de las comunicaciones del bando nazi y de este modo dar una estocada final a la guerra. Suponiendo que las cifras que se barajan sean ciertas, Turing salvó indirectamente varias decenas de millones de vidas (la Segunda Guerra Mundial suponía unos 11 millones de muertos anuales, y se estima que romper el código de Enigma acortó la guerra en 2 años). Hasta aquí ni siquiera he mencionado la máquina y el test te Turing. Casi nada.
Vemos que ha costado más de sesenta años, que los líderes de un país que se benefició de todo esto, lo hayan perdonado.
Cuesta encajar las palabras ecuanimidad, visión y liderazgo en toda esta historia. En mi opinión, esta historia representa uno de los grandes fracasos en el liderazgo de un país.
© 2007 and beyond Mario Alberich, licensed under CC-BY-SA unless stated otherwise.