Por un lado, empiezo mi paseo por wikipedia, leyendo el artículo sobre el mercado de la electricidad de España (seguido del artículo Energía eléctrica en España, donde hay un resumen de la historia de este sector). Resulta interesante descubrir que las primeras fuentes de electricidad incluídas en el MIBEL (Mercado Ibérico de la Electricidad, el llamado pool) que venden son las nucleares (por su coste de parada) y las renovables (por normativa legal). Lo hacen a coste cero (para obtener el precio más bajo y por ello entrar siempre entrar en las subhastas).
Eso no significa que se vendan a coste cero, sino al precio (precio marginal en términos económicos) al que se acaba cubriendo la demanda proyectada. Es decir, que después de cubrir parte de la demanda con estas dos fuentes, se sigue subhastando hasta cubrir lo que se espera que sea la demanda total. El precio que cobran todos es el mismo al que lo cobra el último. Nucleares y renovables cobran a ese precio final, a pesar de haberse ofrecido a cero. En resumen, intenta
Para el el caso que nos ocupa, el meollo de la cuestión se encuentra en dos aspectos combinados:
Sin embargo todo lo anterior no parece tener relación con la situación actual. Esto es debido a que los conceptos de oferta y demanda y demanda se asocian a un mercado de competencia perfecta o casi perfecta, con un gran número de proveedores ofreciendo un producto o servicio no diferenciable. Y éste no es el caso del mercado eléctrico español. Aquí encontramos un oligopolio, que para el caso, me atrevería a calificar de la versión capitalista del feudalismo. La generación de electricidad es algo que requiere una infraestructura cuya inversión inicial es costosa, y eso genera una barrera de entrada enorme (y si no es lo suficientemente alta, no hay problema: la elevamos un poco más).
En esas circunstancias, es posible que uno o más de los actores más significativos realicen acciones para distorsionar el precio. Por ejemplo, parando centrales. Esta operación sería impensable en un mercado con competencia perfecta, principalmente porque los costes fijos (estructura, personal, etc.) no compensarían el aumento en el precio marginal en la subhasta: alguien podría ofrecer un precio más bajo que generaría pérdidas.
¿Hay motivaciones para hacer eso? Por supuesto, en los mercados de futuros de Wall Street trabajan muy motivados. Así que por ese lado, hay poco que decir: el mecanismo de fijación de precio permite la especulación debido a su estructura de oligopolio en el contexto económico, y a las puertas giratorias en el contexto legal/político.
En este sentido, la intervención de Laia Ortiz el pasado 16 de Enero de 2014 en la comisión energética del congreso, recoge algunos de los puntos clave comentados:
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