En muchos casos disponemos de todo el conjunto de datos para poder calcular la media. En esas situaciones, la suma de todos los elementos divididos por el número de éstos, ya nos proporciona la media.
Cada vez que llegara un nuevo valor, sólo sería necesario sumarlo a la primera variable, incrementar en uno el valor de la segunda, y luego dividir la primera por la segunda. Tendríamos así la nueva media.
De esta forma guardamos tres valores: el total, el número de ítems y la media.
Para esas situaciones la fórmula clásica no sirve. Tenemos que echar mano de una versión generalizada, la media ponderada. En realidad, una media tal como la conocemos es un caso concreto de la media ponderada: es cuando todos los valores que queremos promediar tienen la misma importancia (el mismo peso, la misma ponderación).
Para el caso que nos ocupa, tendremos dos valores: el número de ítems y la media actual. Es decir, nos ahorramos la suma del total. ¿Cuál es el procedimiento?
Este proceso es algo más intensivo en recursos, pero más ligero en recursos que el anterior.
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